YO ACUSO
Armando Vargas Mora
Apatzingán, Michoacán; 04 de Octubre de 2019.- Cuando el ex presidente Enrique Peña Nieto vino a inaugurar el nuevo hospital “de especialidades”, ubicado en un lugar nada estratégico allá por el rumbo de la Ciudad de las Niñas, el clamor popular fue en el sentido de que el anterior hospital “Ramón Ponce Álvarez” estaba en condiciones para seguir funcionando cuando menos para situaciones de emergencia, cosa que fue desoída por todas las autoridades.
Por todos los medios se le ha hecho la misma petición al presidente municipal José Luis Cruz Lucatero, para que hiciera las gestiones necesarias para que el gobierno del estado considerara la posibilidad, por el bien de las personas socialmente más desprotegidas, de reabrir el viejo hospital que llevó el nombre de un hombre excepcional, de un filántropo que se caracterizó por su amor al prójimo y así, de manera desinteresada se dio a la tarea de Construir el edificio anterior al que hoy todos conocemos, a la par, se dice que donó el actual “ Edificio Ponce” al ayuntamiento. Recuerdo que hace décadas que escuché que, la idea de Don Ramón Ponce era que las habitaciones de ese edificio las rentara el propio ayuntamiento y el producto de las mismas se empleara en la compra de medicinas para los pobres que invariablemente enfermaban y acudían a ese hospital.
Lo anterior para muchos tal vez hasta les resulte un tanto utópico, pero lo anteriormente manifestado es cierto, ocurrió seguramente hace unas siete décadas en que, Don Ramón Ponce Álvarez, un hombre muy querido en Apatzingán, soñó que era posible ayudar a la gente que tenía y tiene la desgracia de enfermar e hizo esta aportación que en aquellos tiempos ni los diferentes gobiernos lograron realizar.
Cabe hacer mención que, hasta donde tenemos conocimiento, tanto el inmueble que ocupa la Esc. Preparatoria “Adolfo Chávez”, como la Escuela de Enfermería que fundó el Dr. Rafael Flores Pérez, el propio edificio del viejo hospital y el Centro de Salud, las escrituras, no sabemos por qué razones o argumentos, están a nombre del gobierno del estado; por lo anterior es que ahora el gobernador Silvano Aureoles Conejo pretende abrir una oficina que servirá como fiscalía regional.
El disgusto es generalizado y, vía telefónica platiqué con el Dr. Jesús Mora Martínez que, me confió que en el transcurso de la semana anterior entregó un oficio al presidente municipal José Luis Cruz Lucatero, en el mismo dice que hizo una cronología histórica del edificio del antiguo hospital que como sabemos se encuentra ubicado sobre la Av. Constitución de 1814, y sobre la necesidad de que se reabra no nada más para urgencias como se pensaba, sino para una cosa que en la actualidad es importantísima, como es el hecho de la atención a enfermos que necesitan dializarse, un gran problema que va en evidente crecimiento, además de otras atenciones médicas. Aquí hemos señalado sobre la extraordinaria metamorfosis sufrida por “la primera autoridad”, un José Luis Cruz Lucatero sin honor y sin palabra en vista de que durante su campaña política hizo varias promesas ahora incumplidas, una política de puertas abiertas entre ellas; ahora es más difícil verlo a él que al propio presidente de la república que le encanta darse baños de pueblo. Por eso, creo que dirigirse a esta persona para solucionar los problemas que aquejan al municipio es perder el tiempo, y conste que una de las prioridades de todos los municipios es atender el sector salud, la salud de sus habitantes mientras no se cambie el texto constitucional del artículo 115.
En teoría, tanto el gobierno del estado como el municipal deberían atender las prioridades de la población. ¿Hay algo más prioritario que atender a los enfermos?
Porque esas oficinas que se piensan abrir para la mentada fiscalía, bien podrían abrirse en el inmueble donde estaba la cárcel anteriormente. Por otro lado, ¿qué utilidad puede tener una fiscalía cuando tenemos una sociedad escéptica de la ley y la justicia?
De una cosa estoy seguro, con el nulo interés del presidente municipal y de la sociedad misma, principalmente de los que conocen su historia, de reabrir el hospital “Ramón Ponce Álvarez”, así le hayan puesto su nombre al nuevo hospital, se traiciona la memoria de este hombre que amó a este pueblo y sus habitantes, una persona que a pesar de que tenía resuelta su situación económica (lo que demuestra su grandeza de espíritu y su nobleza), siempre se preocupó por ayudar al prójimo. Sin embargo, no podemos generalizar, el Dr. Jesús Mora Martínez levanta la mano y me dice que, sin la menor duda, está dispuesto a dar su mayor esfuerzo y cristalizar la reapertura de referido hospital.
Hace un año que en Facebook hice esta misma petición al presidente municipal durante varios meses seguidos, varias personas me comentaron que el presidente se hubiera anotado un punto a su favor, o muchos puntos si Ud. quiere, pero a símil de Salinas, ni nos vio, ni nos escuchó, él anda en lo suyo, parchando algunas calles que dejarán magníficos dividendos, y dándose una importancia propia no de una persona con estudios universitarios, madura y con sensatez, sino víctima del complejo que le causó el síndrome del “candidato de mil derrotas”, ahora se siente realizado y seguramente en su diario, cual Karime Macías, debe repetir y repetir: “Sí merezco ser importante, sí merezco ser importante, sí merezco ser importante hasta el infinito”.
A José Luis Cruz Lucatero le vale el hospital y los enfermos.
Otra cosa, ¿quién o quiénes fueron los magos que desaparecieron el equipo de rayos X, equipo de laboratorio, instrumental, camas y todo lo relativo y necesario que había en el hospital “Ramón Ponce Álvarez”?
Por último, ¿Cómo se deben calificar a los ayuntamientos?, desde luego que de conformidad a la eficiencia en los servicios municipales que la población tiene como legítimo derecho, principalmente, pero de esto estaremos hablando en una próxima entrega.
¿Nepotismo? No, cómo van ustedes a creer, así que mejor ahí le dejámos.
Contador y analista político
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