Elección Presidencial en El Colegio de México. ¿O Reelección y Simulación?

 

 

 

 

II parte

Gaspar Núñez Rodríguez

En 1938, a instancias de Don Lázaro Cárdenas se creó la Casa de España de México. Dos años después, en octubre de 1940 ante el Lic. José Arellano de la Notaría 57, los señores Lic. Eduardo Suárez Secretario de Hacienda y Crédito Público, en representación del Gobierno Federal de los EUM; Lic. Alfonso Reyes Presidente de la Casa de España de México, en representación de la misma; Dr. Gustavo Baz Rector de la UNAM, en representación de la misma; Lic. Daniel Cosío Director del Fondo de Cultura Económica, en representación de este último como Delegado Fiduciario del Banco Nacional Hipotecario; y don Eduardo Villaseñor Director General del Banco de México S.A., en representación de esta institución, declaran y otorgan: “ [que] como socios fundadores, dejan constituída la Asociación Civil “Colegio de México”, en los términos de las bases constitutivas y Estatutos QUE LA REGIRÁN…” (mayúsculas mías).

 

Terminaba el sexenio de Don Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940, vale recordar que también creó, entre otras instituciones, al IPN), y se vivía un ambiente de florecimiento académico, de la ciencia y la técnica como columnas fundamentales del desarrollo de México, se respiraba optimismo y la casi certeza de un porvenir promisorio. Lejos habrán estado los padres fundadores del Colmex, de siquiera concebir la horrorosa barbarie a la que llegaría el país, sobre todo en los últimos seis sexenios de un prianismo corrompido y degenerado hasta la médula.

 

El art. 4° de las bases constitutivas ordena explícitamente que “Los socios fundadores no podrán ser excluídos de la Asociación.” Y el art. 5° específica quienes son:

Tienen el carácter de socios fundadores:

I.- El Gobierno Federal de los Estados Unidos Mexicanos

II.- La Casa de España en México, que aporta todo su patrimonio y desaparece al fundirse con el “Colegio de México”.

III.- La Universidad Nacional Autónoma de México

IV.- El Banco Nacional Hipotecario, como fiduciario del Fondo de Cultura Económica.

V.- El Banco de México, Sociedad Anónima.

VI.- Las instituciones o personas que sean admitidas dentro de los seis meses siguientes a la constitución del “Colegio de México”.

 

Ninguna institución o persona fue admitida en los seis meses siguientes, y con la desaparición de la Casa de España, quedan como socios fundadores los restantes 4. Sin embargo, actualmente en el portal del “Colegio de México”, que por alguna razón ahora se llama “El Colegio de México”, aparecen como socios fundadores en primer lugar la SEP, luego la UNAM, el Banco de México, y el Fondo de Cultura Económica.

 

Esta presentación tiene un sesgo engañoso. Para un visitante que desee informarse, la SEP aparece como socio fundador en la 1a posición, lo cual es falso: el titular de esa primera posición es el Gobierno de los EUM (con el Presidente de la República como responsable primario de la titularidad); la SEP en cualquier caso es solo representante y, como vimos antes, el representante original fue la SHCP a través del SecretarioEduardo Suárez. Esto podría parecer trivial, pero no; sobre todo en lo tocante a eventos coyunturales que determinan la evolución institucional (como la elección presidencial del Colmex).

 

Volviendo al Acta Constitutiva. El curioso art. 7° dice:  En caso de disolución, los bienes del “Colegio de México” incrementarán el fideicomiso del Fondo de Cultura Económica”. Pero por ahora lo que interesa es el art. 8° en donde se delega el gobierno del Colmex a una “Junta de Gobierno”:

Art. 8°.- El Gobierno del Colegio estará a cargo de una Junta de Gobierno compuesta por seis miembros, que durarán en su encargo cinco años y que podrán ser reelectos. Los miembros de esta Junta serán nombrados por la Asamblea, y no podrán ser removidos sino por ella […].

 

Así pues, de acuerdo con la situación actual, miembros de la Junta de Gobierno como el Mtro. Luis Raúl González Pérez ex-jefe de la CNDH, y antes fiscal del caso Colosio cerrado bajo la tesis del “asesino solitario”, han sido nombrados por los respectivos titulares de la SEP (que no es socio fundador), la UNAM, el FCE, y el Banco de México.

 

La trayectoria del titular de la SEP es conocida al menos desde su participación como Secretario (de Gobernación y de Desarrollo Social) con Ernesto Zedillo, y luego presunto “presidenciable”. Muchos desconocemos aún las cualificaciones que lo habilitan para ser ahora ahora el “responsable” de un ministerio tan importante como la SEP, que es además fundamental para un desarrollo socio-económico de calidad; pero es fiel a su trayectoria, p.ej. ahora está utilizando la “crisis covi” para el lucro de las televisoras privadas, cuando se podría aprovechar la coyuntura para ampliar y consolidar el sistema de televisiones públicas. El control de la Educación Pública por parte de las televisoras privadas podría tener consecuencias en este momento inestimables, y generar un rezago y una brecha educativa que tomaría muchos años subsanar.

 

La UNAM fue una de las principales receptoras del trasiego de recursos públicos de la CNDH presidida por Luis Raúl González, llegando a recibir más de 71 millones de pesos a través de los “convenios de colaboración” utilizados para evadir licitaciones. Luego, el rector Enrique Grue lo nombró coordinador del Programa Universitario de Derechos Humanos, y como vimos la UNAM forma parte de la Asamblea que también nombra a Luis Raúl González miembro de la Junta de Gobierno del Colmex, que a su vez edcide a quien entregar la Presidencia del Colmex. No está demás recordar que éste último, presidido por Silvia Giorguli, también fue recipiente de varios millones “dispersados” por la CNDH.

 

https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2020/06/21/cndh-transferencias-a-la-unam-y-a-el-colmex-por-mas-de-80-mdp/

El titular del FCE, antes cordial y accesible (p.ej. en  las jornadas post-fraude 2006), es ahora un divo inaccesible y desdeñoso; difícil saber en que se ha convertido, aunque siempre navegó con bandera de “izquierdista”. Actualmente ni siquiera se digna conceder una entrevista de 10 o 15 minutos, violando sin recato el derecho de audiencia al que los servidores públicos “están” obligados.

 

El 4° elemento es el Banco de México, con un Gobernador -Alejandro Díaz de León-, y cuatro sub-gobernadores: Javier Guzmán, Irene Espinoza, Gerardo Esquivel, y Jonathan Heath. Sería prolija una semblanza de estos “servidores públicos” por ahora, pero algunas trayectorias también son conocidas, basta recordar para el caso que nos ocupa, que el Gobernador Díaz de León fue designado por Peña Nieto en noviembre de 2017, cuando salió Agustín Carstens para irse a Suiza.

 

Tal es la cuarteta que pone a los miembros de la Junta de Gobierno del Colmex (y que podría quitarlos). El Titular más importante no está -el presidente de los Estados Unidos Mexicanos-, y es improbable que se entere o que lo enteren. De modo que, de seguir las cosas como van, posiblemente no veremos de nuevo la decencia, el esplendor y la excelencia de los años dorados del Colmex culminados por el premio Príncipe de Asturias en 2001 que recibió la administración anterior a los 15 últimos años de Javier García Diego y de Silvia Giorguli.

 

Sería de evidente interés investigar con más amplitud y hondura las circunstancias que condujeron al Colmex a su deplorable condición actual, y fijar un análisis bien documentado, pues el Colmex dista mucho de ser un caso aislado, al contrario, es la punta de un témpano en el que se esconden la mayor parte de las instituciones públicas superiores (como hemos notado, por eso pudieron hacer la Estafa Maestra).

 

La administración anterior a los 15 años de Javier García Diego y de Silvia Giorguli, fue la del historiador Andrés Lira (1995-2005). Los principales logros que se le consignan, en la historia oficialista del portal del Colmex son: la obtención de la autonomía institucional (1998); la puesta en marcha del Consejo Académico (2003); importantes mejoras de infraestructura; Fundación del Archivo institucional y nuevos programas académicos.

 

Visto el devenir, a 22 años de distancia, sería difícil evaluar el logro de la “autonomía”. Empero, no es ningún secreto que en la mayoría de las Universidades públicas, la llevada y traída autonomía, se ha utilizado como pretexto para convertirlas en botín de grupúsculos sin ética y con poco o nulo interés en la formación de profesionales de alta calidad para el servicio del país; de ahí el generalizado estándar de baja calidad en la educación superior de México. También es obvio que las mejores épocas del Colmex, y sus mayores logros, tuvieron lugar sin “autonomía”.

 

Por tanto, se colige que es del todo necesaria la implementación de un saneamiento a fondo de las instituciones académicas públicas, y/o una reestructuración radical y eficiente (p.ej. en lugares como el Conacyt y el SNI) que garantice la eliminación de la corrupción y de la impunidad (ante la creciente violación de derechos humanos, laborales y demás), y que asegure su puesta al servicio de un proyecto de nación integral e incluyente, a fin de que se cumpla el mandato de los electores de 2018: la instauración de un Estado de Derecho integral y eficaz, como base para el cumplimiento de las garantías constitucionales y del desarrollo socio-económico del país.

 

Para ilustración de lo anterior, véase el artículo “La herencia del experimento neoliberal”, publicado por El Trimestre Económico a principios de este año (vol. LXXXVII (1), núm. 345), en donde el Dr. José Romero escribe:

“Este consejo [el Conacyt] surgió como pieza de un mecanismo que formaba parte de la política industrial y de desarrollo integral del país, pero al desmantelarse todos los programas industriales, quedó como un “engrane” suelto de un mecanismo que ya no existe. El Sistema Nacional de Investigadores (sni) siguió existiendo como un muerto viviente, sin relación con el sistema productivo, y terminó creando una dinámica propia.”,y más adelante (p. 44):

 “Los académicos en México se han convertido en un estamento con intereses propios, combativos, que defienden sus prerrogativas, pero que aportan muy poco a la sociedad y que también se resisten al cambio.”

 

Así, de no llevarse a cabo el saneamiento antes planteado, poca esperanza habrá, o ninguna, de que se realice la promesa de un desarrollo socio-económico apropiado, pues la educación y la ciencia son fundamentales, no puede haber progreso sin ellas; y el enviciamiento de las instituciones, dejadas a su propia inercia, tiende naturalmente a perpetuarse y a profundizarse. Tal saneamiento no requiere décadas: para comenzar bastaría una simple orden ejecutiva que imponga auditorías reales y sanciones eficaces. Es verdad que depurar plantas académicas, en muchas instituciones con frecuencia plagadas de parásitos y grupos sin escrúpulos que solo buscan lucrar, sería menos sencillo, pero no imposible, se podría remediar también.

 

 

@DrGasparNunez 

 nuroga@yahoo.com              

https://www.researchgate.net/profile/Gaspar_Nunez

 

 

 

Sobre Gaspar Núñez Rodríguez 42 artículos
Ingeniero Agrónomo Especialista en Economía Agrícola por la Universidad Autónoma Chapingo; Maestro en Economía por El Colegio de México; Doctor Cum Laude por la Universidad Autónoma de Barcelona; Investigador Nacional Nivel I por el Sistema Nacional de Investigadores.

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