GOBIERNO DE MENSAJES

 

José Luis Urióstegui Salgado

 

 

Cuernavaca, Morelos, marzo 13 de 2016.

En estos días el gobernador de Morelos está anunciando los logros del tercer año de su mandato; la población está recibiendo cientos de mensajes a través de diversas formas de comunicación en los que se le dan a conocer los avances que Graco Ramírez ha consolidado para beneficio de diversas comunidades o grupos sociales; carreteras, hospitales, escuelas, presas, austeridad, tranquilidad, seguridad, son el centro de sus mensajes.

 

Desde hace décadas aplica en política gubernamental una máxima que tiene que ver con lo que sucede en el campo, la gallina que pone un huevo lo cacaraquea y así quienes la escuchan saben lo ocurrido. Los gobernantes aprovechan la obligación de rendir informe para presumir todo lo que han hecho en un período determinado de tiempo e inundan los medios de comunicación para enviar mensajes precisos en los que gritan los logros y su impacto en la vida cotidiana, dejan en claro que antes nunca se había hecho tal o cual cosa y ahora la realidad es nueva y mejorada; si no se aprovecha este lapso la gente nunca se enterará de su trabajo. En este tenor, mis recuerdos de infancia las páginas de periódicos con fotografías de gobernantes colocando primeras piedras de obras o cortando listones inaugurales. Eran obras materiales debidamente hechas, apegadas a proyectos bien estructurados y con provisión de recursos económicos para su conclusión; la gente se acercaba y veía estas obras como algo transformador de su realidad que aliviaba en algo sus necesidades comunitarias.

 

Hoy en Morelos muchas obras son intangibles. Se habla de un ferrocarril en la zona oriente para trasladar materia prima o productos acabados que abaratan su transporte, se da como concluida una planta termoeléctrica en una zona rural en la que sus pobladores siempre se han opuesto a su instalación y donde los concesionarios de agua del río no han permitido el desvío del líquido para su funcionamiento; se dice que la autopista La Pera-Cuautla se termina en cuestión de días, pero hace meses que no hay máquinas ni trabajadores laborando en ella, y así otros ejemplos de lo mucho que se ha hecho pero no lo vemos. En materia de seguridad pública y educación se tienen las versiones más idealizadas en los mensajes dirigidos a la sociedad, se dice que el secuestro ha disminuido en un veintiocho por ciento, que los delitos de mayor impacto han bajado en un setenta por ciento, que Morelos ha recuperado su tranquilidad, que todos los estudiantes reciben y recibirán beca desde los quince años hasta la conclusión de sus estudios profesionales y el gobernador pide a los estudiantes que no permitan que su obra se termine cuando él se vaya.

 

La realidad es que hacer más no es sinónimo de éxito ni de haber cumplido su misión. Es cuestionable todo informe de gobierno cuando los resultados pregonados son subjetivos o irreales como en el caso del que rinde Graco Ramírez. La inseguridad se vive en toda la entidad, los policías del Mando Único siguen cometiendo abusos y delinquiendo (las redes sociales dan cuenta de hechos vergonzosos que el Comisionado Capella trata de minimizar); los delincuentes actúan con total impunidad y a las ejecuciones de hombres se agregan las de mujeres y hasta niños que de ninguna forma pudieron haber incurrido en hechos ilícitos; la fiscalía General no resuelve los crímenes que un día tras otro se cometen y se estigmatizan con calificativos de lucha entre cárteles que le sirven para dar vuelta a la página, se cometen secuestros, se extorsiona a comerciantes o empresarios, pero el mensaje de gobierno es que eso es cosa del pasado y vemos a un Graco Ramírez presumiendo resultados en otras latitudes mientras aquí evade dar respuesta a sus gobernados.

 

La mercadotecnia de los anuncios solo sirve cuando éstos reflejan hechos tangibles, mensurables, pero cuando el anuncio pretende ser la obra en sí misma o el medio para dar a conocer obras o logros inexistentes, entonces provoca risa y enojo, haciendo que la sociedad se aleje del gobierno y desconfíe de cualquier persona que pretenda cargos públicos. Por encima de la afectación que esto provoca al gobernante mentiroso, la democracia es la más perjudicada.

 

Gobernar no es fácil, engañar es mejor, parece ser el lema del gobernante tabasqueño.

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