Hacer Ciudad

Hacer Ciudad

 

 

Por: Manuel Martínez Garrigós

En su obra «La imagen urbana, México en el Siglo XXI», Jaime Linares Zarco define la imagen urbana como la representación mental que se hace un ciudadano sobre los espacios físicos y actividades económicas, sociales, culturales, demográficas y ecológicas de una ciudad. Así, el concepto referido se erige como un campo de múltiples experiencias, del cual emanan hitos de identidad, lo que fortalece el tejido social y cultural de determinada ciudad.

Es una realidad que en el imaginario colectivo no se construirá la imagen de que la ciudad —su ciudad— es «la eterna primavera», si ésta no luce como la estación del año a la que se alude. Me refiero a Cuernavaca y a esa máxima con la cual fue bautizada por Alejandro de Humboldt, propia desde hace muchos ayeres de nuestra Ciudad y que actualmente intenta capitalizar la autoridad estatal, para dar identidad territorial a Morelos en el ámbito turístico.

El contexto anterior fue el sentido del programa Mejoramiento de la imagen urbana que se implementó durante el tiempo en que fui presidente municipal de Cuernavaca. Se consideró que la ventaja comparativa de la capital estatal, derivada de su clima y bondades naturales en general, se debía potenciar en beneficio de la economía municipal, cuya base es el sector terciario, principalmente el turismo. Pero sobretodo, porque estaba convencido que los cuernavacenses tenían derecho a espacios públicos dignos.

El mejoramiento de la imagen urbana no debe considerarse fútil, este tipo de programas están orientados a evocar signos que cumplen una función urbana y que configuran el espacio. El tan solo hecho de desmalezar un camellón y hacerlo atractivo a la vista, por una lado provoca seguridad en los ciudadanos y, por otro, inhibe actos antisociales.

En este rubro, en mi gestión se realizaron 37 paquetes de obras de mejoramiento de la imagen urbana. Las acciones de embellecimiento fueron a nivel municipal, es decir, no tan solo en los puntos centrales de la ciudad; la idea fue que los vecinos de las colonias populares tuvieran áreas decorosas y seguras para caminar y convivir sanamente con familiares y amigos.

Asimismo, también se consideró en esta política pública la vocación económica de Cuernavaca, donde ocho de cada 10 empleos los genera el sector terciario, siendo el turismo un gran dinamizador de la economía municipal. Con esa visión, en el marco del programa Mejoramiento de la imagen urbana reconstruimos todas las entradas de la capital, para dar la bienvenida a los visitantes con un paisaje visual digno de los cuernavacenses. En este sentido, importantes obras de embellecimiento se realizaron en las Glorietas de la Paz y Zapata; igualmente en la región sur, en este punto la avenida Morelos fue realzada en su totalidad.

Mismos trabajos se efectuaron en las glorietas de Palmira, Lomas de Ahuatlán y Lomas de Atzingo; así como en los camellones de las avenidas Reforma, Teopanzolco, Díaz Ordaz, Domingo Diez, Poder Legislativo y en el área de la ciclopista, entre otras muchos espacios públicos que fueron dispuestos para el disfrute de cuernavacenses y visitantes.

Independientemente de los 37 paquetes de obras mencionadas, se realizó una campaña intensiva de retiro de pintas en bardas públicas para descontaminar visualmente a la ciudad. Esa acción fue la primera que generó el malestar del medio de comunicación que constantemente me ha difamado, pero no importó, había que hacer ciudad.

Las inversiones y acciones se hicieron, solo era cuestión de dar mantenimiento, para lo cual el Ayuntamiento de Cuernavaca tiene un área específica. Sin embargo, no se ha hecho. Hoy en día, hasta la barda de piedra del parque Tlaltenango (otra gran obra de mi gobierno, a la que en otra ocasión me referiré) está pintada con publicidad. Además de lo antiestético, lo anterior violenta el reglamento de Imagen Urbana de Cuernavaca, en esa normativa se prohíbe ese tipo de “pintas” en pueblos históricos y barrios tradicionales, como es el caso de Tlaltenango.

En redes sociales, mi amigo Juan Carlos García, vecino de siempre de la ciudad capital, me comenta que actualmente «tienen hecho un asco a Cuernavaca». Tiene razón.

 

 *El autor es diputado local, LII Legislatura.

 

1 comentario

  1. Ahora resulta el ladron e incompetente quejandose de la imagen urbana; fuera de sus fuentes tan caras y los camellones que no necesitaban arreglo el resto de la ciudad no recibio ningun servicio de pavimentacion, limpieza de calles ni nada!

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