Insurrección afroamericana en USA

 

 

 

Rigoberto Lorence

Una enorme ola de protestas cobra vigor en USA, a raíz de la muerte brutal de un ciudadano afroamericano, George Lloyd, a manos de policías blancos que lo detuvieron en Minneapolis, y le presionaron el cuello con la rodilla hasta causarle la muerte por falta de oxígeno.

 

Millones de ciudadanos afroamericanos, secundados por activistas blancos de varias tendencias políticas, se incorporaron a las protestas, la mayoría pacíficas, que cimbraron hasta sus cimientos toda la estructura de la sociedad norteamericana. A consecuencia de la represión policial, algunas marchas se convirtieron en disturbios, saqueos, vandalismo e incendios. Las movilizaciones abarcan más de 70 ciudades, entre ellas las más grandes de la Unión Americana como Nueva York y Los Ángeles.

 

Frente a ellas, Donald Trump ha respondido tratando de “apagar el fuego con gasolina”, condenando a los insurrectos y acusando a los grupos radicales de izquierda, a los Antifascistas (Antifa) o a extranjeros de cometer actos de “terrorismo”, llamando a las autoridades locales y estatales a desplegar la más intensa represión contra los manifestantes.

 

Incluso ha desempolvado una antigua ley contra la insurrección, promulgada hace dos siglos, que le otorgaría facultades para sacar a las tropas federales y utilizarlas en labores represivas, con objeto de “ocupar las calles” y arrebatarlas de manos de los “anarquistas profesionales”. Varios gobernadores han manifestado su oposición a llevar el asunto a tales extremos.

 

En algunos casos aislados, los policías han fraternizado con los manifestantes. Pero en su mayoría han salido a reprimirlos, usando toletes, balas de goma, granadas de ruido paralizante y efectuando miles de arrestos. A la fecha (2 de junio) van más de 6 mil personas arrestadas por participar en los disturbios. Decenas han muerto, la mayoría afroamericanos, por acción de la policía.

 

La ola reciente de protestas lleva 8 días de haber comenzado. No es previsible cuando vaya a terminar. Pero ya se le puede considerar la más extendida y grave que se ha presentado en USA desde hace unos 30 años, e incluso más, desde la ola masiva de manifestaciones que se produjo a raíz del asesinato de Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz, muerto en 1968.

Es conveniente revisar un poco la historia de los conflictos raciales en USA.

 

PAÍS DIVIDIDO POR EL RACISMO DESDE SU FUNDACIÓN

Los Padres Fundadores de las 13 colonias angloamericanas que se establecieron en el siglo XVI en la costa este del actual territorio de USA, eran perseguidos por cuestiones religiosas en su natal Inglaterra. Venían huyendo de los rigores y matanzas de las persecuciones religiosas, y por lo mismo su aspiración máxima era la libertad (en principio, religiosa, pero también de comercio, industria, movimiento, etc.).

 

Pero la libertad que buscaban era solo para ellos. Porque aplicaron una política de exterminio contra las comunidades indígenas, a las que privaron de todo: tierra, vivienda, medios de vida, etc. Millones de indígenas murieron en esa guerra de conquista, y con ellos fueron exterminados millones de bisontes americanos (búfalos) que les servían de alimento, refugio y vestido. Genocidio y ecocidio.

 

Las colonias fomentaron su economía trayendo esclavos de Africa para cultivar la tierra sobre todo en las grandes plantaciones de la región sureña, con algodón y tabaco. El esclavismo floreció, como sistema de vida y de explotación que enriqueció a los finqueros de los estados del sur de la Nueva Inglaterra. La sola existencia de esa enorme fuerza de trabajo esclava estaba valuada en miles de millones de dólares.

 

En 1861, después de llegar Abraham Lincoln al poder, los estados sureños creyeron que el nuevo presidente afectaría el sistema de propiedad esclavista, e iniciaron una rebelión armada en defensa de sus privilegios. La guerra, ganada finalmente por el norte (los yanquis) duró 4 años y costó la vida de más de 750 mil combatientes de ambos lados, además de las víctimas civiles.

 

En esa guerra por cierto, combatieron fuerzas de Texas, del lado esclavista, en tanto las de California pelearon al lado de los federales unionistas. Ambos territorios fueron arrebatados a México como producto de la guerra de intervención de 1848-1849.

 

Antes de finalizar la guerra, Lincoln decretó la libertad de unos 4 millones de esclavos. A pesar de tal decreto, los nuevos “hombres libres” del sur no mejoraron en nada su situación. La aparcería apareció como nueva forma de explotación, como forma de disfrazar la esclavitud. Y la opresión social se hizo sentir aún con mayor fuerza sobre ellos.

 

En los albores del siglo XX, la nueva forma de opresión fue la segregación racial. “Separados pero iguales” fue la nueva consigna, mediante la cual los negros no podían estar en los mismos lugares públicos que los blancos, ni viajar en los mismos autobuses (o en la misma sección del autobús).

 

Hay a la fecha unas 1 mil 600 estatuas y monumentos de héroes sureños de la Guerra Civil, o de sus batallas, que han servido tradicionalmente como punto de reunión de los grupos nostálgicos de derecha. La bandera confederada ha servido también para el mismo fin.

 

Algún autor ha observado que es más fácil ser neonazi en USA que en Alemania. Claro, en este país el nazismo violentó los derechos de millones de personas, y su recuerdo es nefasto, mientras en USA han adquirido aires de romanticismo clasista (los “skin heads” cabezas rapadas  ya forman parte del folklore del mundo derechista).

 

En 2017, en la ciudad de Charlotesville, se reunieron los neonazis para festejar las glorias del racismo. Solo que en esa ciudad se encontraron con la fiera resistencia de los grupos de acción antifascistas –formados, en su mayoría por blancos democráticos y de izquierda—que se enfrentaron vigorosamente contra ellos. Nació así el Movimiento Antifa, que a la fecha cuenta con 77 mil 600 seguidores en twitter.

 

PANTERAS NEGRAS, MUSULMANES Y LA LUCHA DE AUTODEFENSA

En el fondo, se trata de la lucha de clases, en este caso encubierta bajo la apariencia del color de la piel. Los finqueros blancos manejaban la discriminación como una forma de anular los salarios de los obreros agrícolas, y de la mano de obra en sus residencias (sirvientas, cocineras, camareras, mozos de cuadra, etc.).

 

En los ámbitos cultural y laboral, la discriminación ha servido actualmente para mantener a los negros fuera de las universidades, y por lo mismo para obtener mano de obra menos ilustrada y desde luego más barata que la de los blancos. Sirve también para que los negros ganen competencias deportivas y den gloria internacional a USA, pero esos atletas no se pueden sentar en un mismo restaurante con los blancos.

 

Recordemos a Cassius Clay, después llamado Muhammad Alí, campeón mundial de box de los pesos pesados, arrestado y despojado de su campeonato por negarse a viajar al oriente a matar vietnamitas por órdenes de los racistas, durante la Guerra de Vietnam. O bien Tommy Smith y John Carlos, vencedores en la prueba de velocidad durante los Juegos Olímpicos de México, en 1968, quienes levantaron el puño izquierdo en el pódium como reivindicación del Poder Negro.

 

La lucha de los negros de USA contra la discriminación ha tenido héroes de dimensión universal. No solo fue Martin Luther King, quien vivió defendiendo la No-Violencia y fue muerto por disparos de un racista en Memphis, Tenessee, en 1968. También existieron movimientos que propugnaron por la No-Violencia, como el SNCC (Student Non-Violent Coordinating Comitee) encabezado por Stokely Carmichael, que optaron al final por el enfrentamiento directo con el poder blanco.

 

De esa larga lucha forman parte las Panteras Negras (Black Panthers) fundadas en octubre de 1966, que actuaron inicialmente en Oakland, California, como una forma de autodefensa y consiguieron su máxima notoriedad al realizar una protesta en una ceremonia donde estaba Ronald Reagan, entonces gobernador de California.

 

También figura el legendario Malcolm X, fundador de los Black Muslims (Musulmanes Negros) quien adoptó posiciones de izquierda y revolucionarias, viajó por todo el mundo y finalmente cayó bajo las balas de un sectario que creía defender de ese modo sus creencias.

 

Elijah Muhammad, dirigente de la Nación del Islam, quien planteaba la reivindicación de los afroamericanos a través de su conversión al islamismo y su práctica entregada al activismo en favor de los derechos de las comunidades negras.

 

Recordamos también a las víctimas de la masacre de Tulsa, Oklahoma, el 1 de junio de 1921, que produjo más de 300 muertos negros y más de 10 mil personas que perdieron su vivienda, a manos de enfurecidos racistas, que los ametrallaron y bombardearon, y pudieron ocultar la matanza durante muchos decenios.

 

No cabe la menor duda: el racismo y la intolerancia están en el ADN de la nación norteamericana. Donald Trump no es más que su versión más actualizada para consumo de la derecha mundial.

 

 

Sobre Rigoberto Lorence 102 artículos
Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la UNAM. Militante de las organizaciones democráticas y revolucionarias de México desde hace unos 40 años. Ha impartido cursos de reportaje, redacción y otras áreas dentro del periodismo.

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