LA MARCHA DE LA UNIDAD

 

 

 

José Luis Urióstegui Salgado

 

Cuernavaca, Morelos, abril 10 de 2016.

Es cierto, a la Marcha por la Unidad organizada por el PRD y servidores públicos de los gobiernos estatal y municipal y diputados emergidos de dicho partido, acudieron miles de personas. Los que iban al frente sonreían y mostraban actitud optimista; los que iban atrás no tenían la misma actitud, muchos rostros serios mostraban enojo y algunos más, incertidumbre. No había homogeneidad. No todos acudían por las mismas razones ni pensaban en lo mismo.

 

La Marcha por la Unidad tenía como objeto mostrar que en Morelos había muchas personas que tenían una opinión favorable hacia Graco Ramírez y su gobierno, que era mucha gente la que se había favorecido con obras y servicios públicos pero más con apoyos personales como pisos, beca salario y otros conceptos. Era importante enviar el mensaje a toda la nación: Graco es un gobernador apreciado, respetado, que da resultados y las personas que lo creen están dispuestas a salir a la calle a defender su buen nombre y sin ocultar el rostro, afirmar que es el mejor que ha tenido el estado. Desde la óptica de los organizadores se cumplió el objetivo, treinta mil o treinta y cinco mil personas estuvieron  presentes y enviaron el mensaje de unidad y fuerza. No tengo idea del volumen que puede esa cantidad de gente, ni tampoco había fotografías desde ángulos que permitiera contarlas, así que les concedo el beneficio de la duda a quienes dicen que fueron en ese número.

 

Pero lo que hubo alrededor de la marcha resulta indignante para muchas personas que marcharon, las amenazas, el pago, la entrega de objetos promocionales, la torta, el agua o el refresco, el pago de transporte, sobre todo las promesas de recibir algo a cambio de su tiempo en domingo. Pude ver decenas de rutas estacionadas en varias partes esperando la llegada de aquellos que llevarían a Cuernavaca para hacer acto de presencia, a las ocho y media de la mañana del tres de abril apenas cinco o diez personas viajaban en unidades para treinta pasajeros. Fue una gran inversión económica para tan magros resultados.

 

¿Quién pagó la marcha? Para trasladar la cantidad de gente que presumieron los organizadores se debieron emplear por lo menos dos mil unidades de transporte colectivo, otros tantos refrescos, agua, tortas y demás consumibles. Conservadoramente se invirtieron no menos de cinco millones de pesos en la organización y despliegue de la marcha perredista a favor de Graco ¿Valió la pena? ¿Logró cambiar la percepción que los morelenses tenemos en el sentido de que el suyo es un gobierno de mentiras, corrupto y sin rumbo?

 

Los marchistas acudieron obligados o motivados pero no convencidos, estaba en juego la permanencia en su empleo o el cumplimiento de la promesa de recibir algo pero ninguno mostraba interés en dar a conocer que estaba ahí para apoyar al gobernador y destacar el buen trabajo hecho en tres años de gobierno. Los discursos expresados en el evento eran triunfalistas pero ni los presentes pusieron atención en ellos, estaban pendientes de su regreso al lugar de origen. Acabó la marcha, callaron los discursos y quedó flotando en el ambiente la desazón por no haber conseguido el objetivo: hacer creer a la gente que el gobierno de Morelos es mejor que otros y que ahora vive tranquila y con seguridad pública.

 

 

1 comentario

  1. Así es Lic. pura pena ajena, pero los ciudadanos de verdad, los que no somos acarreados no hicimos contra peso!!!! NO HUBO UN VALIENTE QUE CONVOCARA PARA DESMENTIR ESA TERRIBLE FARSA!!!

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*