Si camina, grazna y nada como pato: entonces es que hubo un pacto de impunidad

 

 

 

Por Iván Ureña

 

El Presidente López Obrador y su equipo, constantemente nos informan la corrupción y abuso rampante que había en el ejercicio de gobierno, el robo de combustible, en el SAT se condonaban y cancelaban adeudos fiscales multimillonarios a los hombres más ricos de este país, La Estafa Maestra, Odedrecht, asignación de contratos amañados, sobrecostos en el NAIM y Paso Express, padrón inflado en las guarderías, irregularidades en la publicidad oficial y una larguísima lista de gastos por aclarar: por donde le rascan sale pus.

Pero en lugar  de que se proceda y finquen responsabilidades a los culpables, AMLO habla de preguntar a la gente si quieren que se investigue a los últimos cinco expresidentes. Debe haber un mínimo de seriedad por parte del presidente, ni él ni encuesta alguna tiene facultades legales para perdonar a los delincuentes, así que el resultado no tiene valor jurídico, es un engaño a la población.

El Ministerio Público, en cuanto tiene conocimiento de una fechoría, no sólo tiene la facultad sino la obligación investigar, e iniciar la acción penal ante los jueces. Incluso, el proceder del presidente, de “postergar” una investigación, mientras la gente vota, está invadiendo competencias y ese sí es un delito.

Ahora si la colectividad vota por que se investiguen, en la mayoría de los casos no se podría imponer un castigo. A Salinas por vender empresas del Estado a particulares, o a sus allegados, no es una falta, podría tipificarse, pero hace 25 años que dejó el poder y prácticamente todos los delitos, máximo a los 20 años prescriben, salvo de lesa humanidad, de genocidio y terrorismo, que no es el caso. A Zedillo el Congreso le autorizó el Fobaproa, por lo tanto no puede ser condenado por ello. A Fox por traidor a la democracia, ni siquiera existe esa fechoría. A Calderón porque utilizó la fuerza y convirtió al país en un cementerio, tampoco existe como tal esa felonía. Se puede juzgar a los expresidentes, pero por delitos tipificados y que no hayan prescrito. Sencillamente, las declaraciones de nuestro presidente parecen chacota.

Muy diferente es el Caso de Peña Nieto, recientemente terminó su mandato y por corrupción, están facultados tanto el Senado como la Procuraduría para investigarlo y si procede, pedir que se le sancione.

 

Un AMLO irreconocible

En plena campaña, cuando el candidato Anaya dijo que de ganar, metería a la cárcel a Peña Nieto; sorpresivamente el candidato AMLO, se puso a defender al presidente “Demagogia decir que va a meter a la cárcel a EPN” y añadió “pura demagogia” se necesita reformar el artículo 108, en tono burlón remató, que se siga con otros exmandatarios.

En otra oportunidad, sostuvo “No voy a meter a Peña Nieto en la cárcel” porque no hay marco legal para ello. Si AMLO realmente creía eso, entonces actualmente está engañando, la ley no es retroactiva, cualquier cambio solo aplica para eventos futuros y eso después de modificarla. En español llano, AMLO nos esta viendo la cara.

 

Pacto de impunidad para Peña y sus cercanos; ellos no cuestionarían a AMLO

Como generalmente sucede con los ciudadanos de a pie, hasta noviembre entendimos porqué AMLO protegía a EPN. Cuando el poderoso canciller Videgaray convenció a Peña que Meade no tenía posibilidad alguna de ganar, a espaldas del candidato priísta, la presidencia pactó con el morenista, no sólo lo apoyó sino que además descarriló a Anaya que iba en segundo y tenía una leve posibilidad, se le acusó de lavado, pasando la elección, arrumbaron el expediente.

AMLO no sólo ganó sino que Morena arrasó en ambas cámaras, pero en el pacto de impunidad, se comprometió a no castigar la corrupción de Peña y cercanos. Éstos le facilitarían el triunfo y además no cuestionarían las declaraciones o decisiones de AMLO por absurdas que fueran.

Prácticamente desde que ganó AMLO se convirtió en presidente de facto, Peña y su grupo callaron, le dejaron hacer y deshacer. Sobre las decisiones de cancelar la Reforma Energética, Educativa, el NAIM; Peña y su grupo ni pío han dicho y eso que eran sus acciones de gobierno más significativas.

Cuando la Auditoria Superior de la Federación (ASF) informó un desfalco millonario de SEDATU, el presidente electo, para sorpresa de la mayoría, se puso a defender a la indefendible Rosario Robles, es un chivo expiatorio y trató de justificar, nunca cuestionaron a los jefes del saqueo tiempo atrás.

 

El Dilema de AMLO: no castigar la corrupción de Peña pero no pasar por tapadera de corruptos.

Hace todas las maniobras posibles. Que su fuerte no es la venganza, que él está por seguir adelante y no empantanarse en el pasado, le importa más que haya castigo al régimen neoliberal y no cárcel para éstos. Un galimatías, que no resiste el más elemental análisis serio. Es como decir, castigo el régimen nazi, pero no a Hitler, Goebbels o Himmler.

Por su inconfesable pacto de impunidad está dispuesto a traicionar al electorado. Es un engaño pedir una encuesta, busca confundir deliberadamente inventando delitos que no están tipificados, nos está viendo la cara cuando habla de modificar la ley y juzgar a expresidentes, defiende a la corrupta e indefendible Rosario Robles, con un argumento baladí, antes no se castigó el robo.

 

Implacable con quien no participa de ese pacto

Pero es implacable con quien no participa del pacto, el Director de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) , Guillermo García Alcocer, se atrevió a criticar las ternas enviadas por el presidente para reemplazar a cuatro comisionados de ese organismo.  En su comparecencia hicieron el ridículo, no saben del tema y hasta un ayudante de giras fue propuesto.

AMLO fiel a su estilo, en venganza señaló a García Alcocer de tener un conflicto de intereses, le pidieron su renuncia. Él dijo no haber incurrido en ningún delito y presentó documentos. Si nos tomamos el tiempo para verificar quién miente, en la declaración de intereses de este funcionario, puntualiza esa situación, en el año 2016, mucho antes de que el tema se hiciera público.

Pero si este funcionario es corrupto, por qué lo empezaron a señalar hasta que criticó las propuestas del presidente. Eso sólo evidencia que AMLO va a tolerar y no castigar la corrupción de otros, a cambio de que le permitan hacer cualquier cosa, por absurda que sea. Y eso no es lo que espera la población de este gobierno: el sentir mayoritario es que se castigue la corrupción de quien sea y cuando el presidente quiera imponer en un puesto relevante a alguien que desconoce el tema pero su único mérito es su cercanía e incondicionalidad con AMLO se debe señalar. ¿Usted qué opina estimado lector?

 

Gracias, si les gustó esta reflexión compártala, es la forma que tenemos los ciudadanos de defendernos de la corrupción y los abusos de poder.

 

 

ivanure@hotmail.com

 

 

Sobre Iván Ureña 301 artículos
Premio Nacional de Periodismo 2017. Premio Estatal de Periodismo Morelos 2012, empresario y maestro en Economía por el ITAM. Funcionario en Banobras, Hacienda y Secofi.

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