TAMBIÉN HAY  IRA Y HARTAZGO CONTRA GRACO Y SU GOBIERNO

 

 

 

ISAÍAS CANO MORALES

La opinión de observadores políticos, líderes de opinión, especialistas en sondeos, encuestólogos, dirigentes políticos coinciden en que el PRI y el presidente Enrique Peña Nieto concentran olas de ira, coraje y repudio en considerables porciones de la sociedad lo que da lugar al enorme descontento que se advierte, generada tal animadversión social por todo el desprestigio  que envuelve al gobierno y a su partido particularmente en la materia que lo vincula con los escándalos de la corrupción que alcanzan al mismo Ejecutivo federal, adicional una economía popular convertida en desastre y lo que es el infierno de la violencia y el crimen extendido en el país.

 

Centrando la mira en  nuestro estado, semejante es el estado de ánimo ciudadano que se guarda hacia el tabasqueño Graco Ramírez y su administración, es decir,  el encono, la rabia y un gran rencor social que en el orden nacional se expresa contra el gobierno peñista, tales resentimientos no son distintos que los morelenses guardan a quien califican como alguien que les mintió, los engañó y en suma les ha ocasionado grandes daños, no hallándose otro motivo para tal coraje,  que los agravios que la gente no olvida; ahí están, sin perdonar el perjuicio y la represión, los habitantes de los pueblos que se opusieron  a la construcción de la  Hidroeléctrica y gasoductos, Graco desoyó a inconformes e impuso proyectos que perjudicaron propiedades y la vida de pobladores campesinos.

 

Promesas de campaña incumplidas ahí permanecen en la memoria colectiva destacando la vinculada a la seguridad pública y poner un alto a la violencia, delincuencia y crimen organizado. Los renglones relativos al  desempleo, la pobreza, mejoras al servicio de salud y educación fueron desatendidos y pasados por alto, pues  la política social que implica voluntad y con ello canalizar recursos nunca ha sido prioridad de la gestión graquista, contrario, como monumento  se levantan  los gastos millonarios que se realizaron en viajes al extranjero, eventos de elevado costo con artistas internacionales, el negocio del campo de futbol “Coruco Diaz”; los enormes cantidades  canalizadas a la prensa, publicidad e imagen del gobernador en su pretendida como fallida intención de ser candidato a la presidencia del país.

 

Los millones que constituyeron el trascendido “maiceo” a diputados, dirigentes de partidos y funcionarios de toda laya, entre otros del Poder Judicial para tenerlos bajo  control y obediencia a fin de que respondieran a intereses del gobernador, y de esa manera parar todo intento de juicio político y demandas de sectores sociales en contra del mandatario estatal. Ejemplos de sumisión bajo presumibles premios económicos  han sido tanto el Fiscal Anticorrupción Juan Salazar Núñez, como el Auditor General del Congreso local Vicente Loredo Méndez.

 

Objeto de señalamientos de ciudadanos morelenses muy puntuales y algunos con pretendidos argumentos que refieren hechos concretos son en relación a la corrupción y enriquecimiento personal y familiar de gobernador Graco Ramírez. Ello es un rumor a voces abiertas en el colectivo popular, así como el manejo a modo de las finanzas públicas, acusando al perredista de ser el mandatario que más ha endeudado al estado, pasando de aproximadamente 4 mil millones a   9 mil millones la deuda.  En otras palabras, no se habla por hablar, pues ahí están las cifras y montos del dinero del cual no se han rendido cuentas ni con la claridad  ni transparencia obligadas. Cómplices y corresponsables de oscuros manejos de los recursos públicos del estado y que caerían en lo que se conoce como corrupción, son los diputados, que aprobaron deudas millonarias y fiscales supuestos vigilantes y supervisores de los gastos de gobierno que se intuye han sido tapaderas de hechos de saqueo.

 

Hay más facturas que la gobernador le van a ser cobradas  muy pronto por ciudadanos cuando se emita un voto o de aprobación o de castigo a un gobierno que, se reitera, se le tiene  en la mira de la dura crítica, y con propósitos cantados de cobrarle con creces el haber desdeñado, menospreciado y traicionado a un pueblo que creyó y depositó confianza en un gobernante que simplemente uso el poder para servirse él, su familia e incondicionales y no a la noble comunidad que lo eligió para su desarrollo y progreso.

 

Se dice, que exacerba más el ánimo predispuesto de sectores sociales  en contra de la gestión graquista, el pretender dejar al hijastro del gobernante, como heredero  del poder. La respuesta ciudadana a  tan cínica pretensión calificada por algunos como ofensiva, se hallará en las urnas el primero de julio.

 

 

Chay_cano@hotmail.com

 

 

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