El desempeño de Amlo y los prianistas en la seguridad

 

 

 

¿La opción, corregir o buscar el circo mediático?

 

 

 

Iván Ureña

 

Ante el agudo problema de violencia ocasionado por el crimen organizado, Felipe Calderón decidió combatir frontalmente a los criminales y lo bautizó como La Guerra contra al narco.

 

 

A la par que las cifras de muertes empezaron a crecer, las críticas arreciaron, muchos expertos, aunque consideraban necesario enfrentar a los grupos criminales señalaban que Calderón había tomado una decisión precipitada sin la suficiente preparación y análisis. Mientras que sus rivales políticos lo destrozaban; Peña Nieto, como candidato a la presidencia ofrecía una corrección; Andrés Manuel, más enjundioso y encarnizado lo llama asesino y remataba: esa forma de combatir a los criminales sólo había traído más violencia.

 

Peña Nieto ya como presidente, le cambió de nombre a la policía para llamarla Gendarmería Nacional, pero se siguió la misma estrategia, las cifras fueron de terror. AMLO fiel a su estilo, llamaba irresponsable a Peña y prometía un viraje total.

 

Una vez que AMLO llegó al poder, realizó un cambio radical, sintetizado en la frase Abrazos, no balazos. Así, en el momento más álgido de la crisis del robo de combustible, se presentó una fuga de gasolina en Tlahuelilpan Hidalgo y los huachicoleros lejos de temerle al ejército, lo recibieron con mentadas de madre o bájate perro, aquí nos rompemos la madre; en otro episodio, el presidente ordenó liberar al capturado Ovidio Guzmán, hijo del legendario Chapo, e incluso en uno de sus viajes al estado de Sinaloa saludó a la madre del capo; igualmente, en Zicuirán Michocán, elementos del ejército habían decomisado armas a un grupo delincuencial, pero los criminales envalentonados y sabedores de que hay ordenes superiores de evitar el conflicto, rodearon a los oficiales, para golpearlos y humillarlos: el presidente felicitó a los militares por haber actuado en forma muy valiente y los invitó a Palacio Nacional.

 

Las cifras de cada estrategia: La guerra al narco vs Abrazos, no balazos

Al terminó del sexenio de Calderón se manejaron múltiples cifras, el gobierno federal reconoció 47 mil 500 mil muertos ocasionados en la Guerra contra el Narco, la Comisión Nacional de Derechos Humanos 46 mil, el Semanario Zeta la llevó hasta 83 mil 191, ya con Peña Nieto en el poder, el INEGI publicó una cifra de escándalo: 121 mil 613 muertes de homicidios dolosos.

 

Con Peña Nieto se siguió por la misma senda, la cifra llegó a 156 mil 437, sucedió lo que nunca se pensó, la cifra de homicidios dolosos terminó por arriba de su antecesor.

 

Por su parte con Andrés Manuel desde su toma de posesión, en diciembre del 2018 hasta abril del 2021, la cifra ya escaló a los 81 mil 942 mil muertos.

 

Las políticas públicas se miden por sus resultados

Del sexenio de Calderón al de Peña Nieto los homicidios dolosos se incrementaron en 29%. Por fortuna, con López Obrador aún no se ha llegado a la cifra total de ninguno de los anteriores, aunque en proporción las cosas no pintan alentadoras, en tan sólo 29 meses de esta administración, ya se alcanzó el 67% de los homicidios dolosos cometidos en todo el sexenio del panista y el 52% del priísta.

 

Debido a que el actual presidente únicamente lleva una fracción de su mandato, contrastar cifras totales no es adecuado, sin embargo, la comparación del promedio mensual de cada administración no sólo es correcto, sino necesario para extraer conclusiones de la marcha de la criminalidad con cada estrategia. Así, tenemos que con Calderón el promedio mensual fue de mil 689 homicidios dolosos, con Peña Nieto 2 mil 172 y con López Obrador llevamos 2 mil 826.

 

 

En el promedio mensual, con la actual administración hay 67% más homicidios que con Calderón y 30% más que con Peña Nieto; por su parte el priista terminó con un 29% arriba del panista. Dicho de otra forma, por cada cien homicidios dolosos que se cometían con el panista, con el priista escaló a 129 y con Morena está en 167: el problema lejos de solucionarse, con la nueva estrategia, ha empeorado.

 

Independiente de filias o fobias, nadie duda que con Calderón en el tema de la violencia estábamos mal y con Peña Nieto empeoramos; sin embargo, hoy el problema es más grave: al menos eso dice el dato duro.

 

Lo que nos lleva a concluir que si la estrategia de Guerra contra el narco fue pésima y ensangrentó al país, la de Abrazos, no balazos está aún peor y ha convertido nuestro territorio en un panteón.

 

Incluso, tratando de negar ese resultado tan contundente, se podría argumentar que antes había menos población y que al crecer ésta, también se incrementó la criminalidad, existiendo algo de razón en la objeción, así que se incorpora una corrección por el crecimiento poblacional en cada sexenio; del año 2006 al 2012 fue del 9% y del 2012 al 2018 fue 7.6%.

 

Sin embargo, una vez que hacemos el ajuste por población, el promedio mensual de homicidios con AMLO sigue siendo superior al de Peña en 21% y al de Calderón en 43%. Por tanto, la conclusión sigue siendo la misma: en el terrible y pavoroso tema de homicidios dolosos estamos peor ahora.

 

Y lo más preocupante, si AMLO no corrige su estrategia, para julio del 2022 estaremos rebasando la espantosa cifra de homicidios dolosos de Calderón y exactamente un año después la de Peña.

   

 

Lejos de corregir, se buscando distractores y chivos expiatorios

Lo que se debe hacer es modificar a la brevedad la estrategia Abrazos, no balazos; sin embargo, AMLO y la 4T, están buscando un distractor y lo encontraron a la perfección en el sistema penitenciario federal, en particular los contratos adjudicados para centros de readaptación social con capital privado

 

 

Las anteriores imágenes corroboran, lo que ya es una constante en esta administración, lejos de modificar sus políticas públicas que no han funcionado, buscan un circo mediático: inician investigaciones a funcionarios caídos en desgracia para responsabilizarlos de múltiples delitos, con el único fin de no asumir la responsabilidad de una estrategia que resultó más mortífera que las anteriores.

 

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Sobre Iván Ureña 301 artículos
Premio Nacional de Periodismo 2017. Premio Estatal de Periodismo Morelos 2012, empresario y maestro en Economía por el ITAM. Funcionario en Banobras, Hacienda y Secofi.

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