Evaluación de resultados en seguridad pública: tasa de homicidios

 

 

Juan Aurelio Grullón

 

Ciudad de México, 29 de julio 2022

El tema de seguridad pública ha sido uno de los pilares de políticas públicas en la presente Administración Pública Federal. Como muestra, la primera reforma constitucional que promovió el gobierno actual fue para permitir la participación del Ejercito y la Marina en actividades de seguridad, mediante la creación de una Guardia Nacional, conformada y dirigida inicialmente por miembros de esas instituciones.

A pesar de que esas instituciones son las que tienen mayor capacidad de fuego para repeler las agresiones de organizaciones delictivas con grandes recursos económicos, el lema de la política pública sobre el combate a la delincuencia ha sido “abrazos, no balazos”.

El resultado del contraste entre el uso de las instituciones castrenses para mejorar la seguridad pública y la política de respecto a los derechos humanos de los delincuentes, ha sido que se han observado situaciones en las que elementos del ejército han sido obligados a disculparse por tratar de realizar sus funciones. Hasta despojados de sus armas por grupos de delincuentes.

En rigor, para una apropiada evaluación de seguridad pública debemos contemplar cuatro grandes temas: Actividad delictiva, lo que sucede, índices de diversos delitos cuantificados. Percepción ciudadana de la seguridad, lo que sentimos con respecto a los riesgos de ser víctima. Desempeño institucional o lo que recibimos como ciudadanos por parte de las instituciones encargadas de la seguridad. Por último, el Gasto público o lo que nos cuesta la seguridad pública.

En la presente semana, se dieron a conocer las cifras preliminares oficiales de la tasa de homicidio en México. En 2021, fue de 28 por cada 100,000 habitantes, un cambio mínimo con respecto al 29 observado en los tres años anteriores. No se justifica el discurso triunfalista utilizado en la “conferencia mañanera” que se practica actualmente en Palacio Nacional, siendo más espectáculo mediático que fuente objetiva de información.

Para ubicar la cifra en el contexto internacional, en América Latina, México se encuentra entre los países con mayor tasa de homicidios. Honduras y Venezuela registran cifras muy superiores (casi 40 homicidios por cada 100,000 habitantes), el promedio es de 23 para la región. Brasil y Colombia tienes un índice parecido al de México. Cabe señalar, que AL es la región más violenta del mundo, 10 veces superior a Europa.

Evidentemente, este índice es el principal indicador de la actividad delictiva. Es el delito que no tiene forma de resarcir el daño a la víctima. El derecho a la vida debe ser antepuesto al de los derechos humanos de los delincuentes.

En este sentido, las actuales autoridades federales no están cumpliendo con su función de Estado: la protección de la vida de los ciudadanos, a pesar del contar con el uso legitimo de la fuerza. La percepción de inseguridad no ha mejorado en los últimos cuatro años.

Es su obligación reestablecer la legitima autoridad en regiones donde grupos de delincuentes se pasean en caravanas de más de 20 vehículos exhibiendo armas de alto poder y asumiendo se cómo la autoridad en su zona de influencia.

Ciertamente, a pesar del incremento de los recursos presupuestales a las instituciones castrenses, del cambio constitucional para ampliar sus funciones, del aumento en elementos con la creación de la Guardia Nacional, la extensión del territorio nacional dificulta el alcance de los objetivos. No hay coordinación efectiva con las fuerzas policiales estatales y municipales.

Los grupos delictivos se concentran en algunas regiones y no pretenden cubrir todo el país. Se observa que estados fronterizos con Estados Unidos como Coahuila, Chihuahua, Baja California y Sonora registran tasas de homicidio superiores a 70. En estos casos se agrava la situación por el paso de la droga. Además, son estados con baja densidad poblacional.

Otros estados con altas tasas de homicidio son Colima, que tiene el puerto marítimo más importante de México; Michoacán, donde proliferaron las llamadas fuerzas paramilitares denominadas “autodefensas” y Guanajuato. Con esta información, se deberían concentrar los esfuerzos para alcanzar los objetivos con los recursos disponibles de manera eficiente y eficaz.

Adicionalmente, se debe cooperar con fuerzas de seguridad de otros países. El reciente arresto del famoso jefe de cartel Caro Quintero, realizada días después de la visita oficial del primer mandatario a los Estados Unidos, es una señal de que si hubo cooperación. A pesar de que el presidente trato de excluir la participación de la DEA en los méritos del arresto.

El problema del narcotráfico se debe principalmente al consumo de drogas en Estados Unidos, no solo es permisible su participación (especialmente con apoyo tecnológico), es su obligación.

Por último, como la delincuencia es un problema que afecta a la población, es apropiado que participé de alguna manera en su seguridad, a pesar de que conlleva ciertos riesgos. Debe haber un programa oficial, transparente y ampliamente difundido de participación ciudadana en labores de seguridad en sus zonas.

Por ejemplo, los transportistas de carga y de pasajeros pueden vigilar sus rutas con más cámaras de seguridad en sus unidades y que se les recompense por aportar información. De manera similar, en las asociaciones de vecinos de las colonias se pueden crear brigadas de vigilancia local que trabajen en coordinación con los policías de sus sectores.

Sería más eficiente y eficaz asignar presupuesto a la ciudadanía para vigilar sus zonas de transporte, vivienda y trabajo, que incrementar el número de efectivos de la Guardia Nacional. Con lo que cuesta un elemento de la Guardia Nacional, se puede recompensar a diez ciudadanos responsables que combinen sus actividades cotidianas con vigilancia en sus áreas. Además, se reduce el riesgo de extorsiones por parte de agentes federales, que fue un problema que se observó con la extinta Policía Federal.

 

Mtro. Juan Aurelio Grullón

 

 

Sobre Juan Aurelio Grullón S 26 artículos
Mtro. Juan Aurelio Grullón S. Lic. en Economía (Mejor promedio de su generación); Becado y Egresado de la Maestría de Economía de El Colmex; y Maestría en Administración. Diplomado en Análisis y Evaluación Financiera por el Tec de Monterrey. Ha laborado en el Banco de México (1993-1996) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2010-2015). Actualmente es docente. Ha sido tres veces campeón de tenis.

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