Pemex y sus bonos de deuda

 

 

Juan Aurelio Grullón S.

 

5 de marzo de 2021

En esta semana se informó que el Gobierno Federal cubrirá los pagos de los bonos de deuda de la Empresa Productiva del Estado Pemex, después de que dicha empresa anunciará que no continuara contratando los servicios de una empresa calificadora de deuda, que la ha estado calificando casi en niveles de bonos chatarra. A diciembre del año 2020, la deuda financiera total de Pemex ascendió 2,258.7 miles de millones de pesos (mmp), (113,227 millones de dólares), del total cerca del 90% se denomina en moneda extranjera y se encuentra colocado en bonos internacionales. Adicionalmente, Pemex tiene pasivos laborales para el mismo cierre de año de 1,535 mmp. Considerando que sus activos totales ascienden a 1,905.5 mmp, el resultado final del patrimonio neto es de -2,440.1 mmp (aprox. 12% del PIB).

En el año 2020 Pemex siguió siendo la empresa más grande de México en términos de ingresos (953.7 mmp), aunque tuvo una reducción significativa con respecto al año anterior (-32%). Es además el mayor contribuyente de la hacienda pública, debido a que la extracción de petróleo genera el pago del Derecho a la Utilidad Compartida, que representa el pago que hacen las empresas que producen hidrocarburos a la Nación, que es la legitima propietaria del subsuelo y sus riquezas. En 2020, dicho Derecho ascendió a 154.9 mmp, pero en 2019 fue de 372.8 mmp.

Con las cifras antes mencionadas, ubicamos la magnitud de Pemex para las finanzas públicas, que este año tiene un Presupuesto de Egresos (6,295.7 mmp) y con respecto al PIB de México (aproximadamente 20,000 mmp). Además, cabe señalar que Pemex presenta un patrimonio negativo desde hace más de 10 años.

Considerando el nivel de deuda actual de Pemex, en este año 2021, se estarían erogando alrededor de 7,000 millones de dólares (140 mmp) solo de pagos de intereses, y de vencimientos se consideran otros 6,791 millones de dólares. En el contexto de la reciente recesión económica, que en 2020 registró una caída del PIB de 8.5%, y la reducción de los ingresos de las finanzas públicas, estos montos son muy significativos.

¿Debe el Gobierno Federal asumir el pago de la deuda de Pemex? Considerando la Ley de Petróleos Mexicanos (2014), que en su artículo segundo establece:

Petróleos Mexicanos es una empresa productiva del Estado, de propiedad exclusiva del Gobierno Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios y gozará de autonomía técnica, operativa y de gestión, conforme a lo dispuesto en la presente Ley”.

Y en su artículo 106 establece:

“En el manejo de sus obligaciones constitutivas de deuda pública, Petróleos Mexicanos y sus empresas productivas subsidiarias se sujetarán a lo siguiente:

III. Petróleos Mexicanos será responsable de que:

a) Las obligaciones que contrate no excedan su capacidad de pago;

b) Los recursos que obtenga sean destinados correctamente conforme a las disposiciones jurídicas aplicables;

c) Se hagan los pagos oportunamente, y

d) Se supervise el desarrollo de su programa financiero particular;

V. Las obligaciones constitutivas de deuda pública de Petróleos Mexicanos y sus empresas productivas subsidiarias no constituyen obligaciones garantizadas por el Estado Mexicano,”

De lo anterior, se desprende que el Gobierno Federal no tiene la obligación legal de cubrir los pagos de deuda de Pemex; y los compradores de bonos desde 2015 debieron tener conocimiento de esta condición legal, por la cual cobraron tasas de intereses superiores a las emisiones del Gobierno Federal. La diferencia se considera una prima de riesgo que Pemex acepto pagar y lo ha hecho hasta ahora, por lo que un eventual default y renegociación de la empresa no redundaría en responsabilidad para el Estado; y los tenedores de bonos cobraron por esa posibilidad. De manera que, de materializarse, no sería una sorpresa y de hecho los fondos que invierten en bonos contemplan un posible porcentaje de default y de descuentos para concretar la recuperación de una parte de los valores invertidos.

De los resultados y balances financieros recientes se derivan varias reflexiones:

Los precios internacionales de los hidrocarburos se han mantenido en niveles que colocan los costos de ventas similares al de los ingresos, inclusive previos a la pandemia del COVID-19, haciendo más complicada una mejora en el corto y mediano plazo. La emergencia de salud actual indica que aun cuando se supere el aislamiento, los niveles de demanda se habrán desplazado; además, si se considera la tendencia a recurrir a fuentes alternativas de energía, la recuperación de los precios se hará más difícil.

La calificación crediticia de Pemex tiende a ser reducida, lo cual incrementará las tasas de interés a las que refinanciaría en el futuro, a pesar de que los bancos centrales de los países desarrollado han reducido sus tasas líderes. De hecho, es sorprendente que los mercados financieros internacionales estén dispuestos a financiar una empresa con patrimonio negativo constante. Esto se explicaría solo por la percepción equivocada de que el respaldo real proviene del Gobierno Federal o de las reservas internacionales con que cuenta México.

El patrimonio de Pemex ha estado en terreno negativo desde hace más de 10 años. Aun antes del incremento de su deuda, los pasivos laborales reducían su patrimonio. En 2014, año de inicio de la reforma energética, el rubro de Beneficios a empleados de los pasivos ascendía a 1,500 mmp. Esta situación indica que es necesario una reestructuración administrativa a fin de hacer más eficiente y eficaces los recursos humanos.

El Gobierno Federal ha accedido a reducir la carga de derechos de la empresa, bajando la tasa de Derechos de Utilidad Compartida para el 2020 y 2021 a 58 % y 54%, desde el nivel de 65% vigente en 2019. Este pago es una reafirmación de que los recursos extraídos no son de la empresa sino de la nación. Esta medida se anunció desde el 2019 y no preveía el desplome en el precio del petróleo. Con el desplome de los precios de hidrocarburos este pequeño alivio se diluyo. Cabe señalar, que el pago del derecho aplicaría a cualquier empresa que extraiga los recursos.

En conclusión, a raíz de la situación estructural de Pemex, reflejada en sus estados financieros de los últimos 10 años; y de condiciones coyunturales reflejadas en sus estados de resultados de los últimos 3 años, es válido preguntarse ¿Es viable la empresa productiva del Estado Mexicano?

Antes de contestar está pregunta recordemos que los recursos del subsuelo que extrae no forman parte de sus activos, son de la Nación. Su exploración y extracción debe hacerse de manera que maximice el producto financiero obtenido en beneficio de la población en general, no para rescatar una empresa que ésta destinada a pagar una importante carga financiera en los próximos 20 años lo cual beneficiara a los tenedores de bonos que cobraron una prima de riesgo por su inversión; así como cubrir importantes pasivos laborales acumulados en décadas por una política de recursos humanos y sindical poco eficiente que solo beneficio a una burocracia política y sindical, que a su vez ha permitido a un grupo de contratistas apoderarse de gran parte del presupuesto de la empresa.

 

 

Sobre Juan Aurelio Grullón S 26 artículos
Mtro. Juan Aurelio Grullón S. Lic. en Economía (Mejor promedio de su generación); Becado y Egresado de la Maestría de Economía de El Colmex; y Maestría en Administración. Diplomado en Análisis y Evaluación Financiera por el Tec de Monterrey. Ha laborado en el Banco de México (1993-1996) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2010-2015). Actualmente es docente. Ha sido tres veces campeón de tenis.

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