Rancho “El Palmar”, un ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas

 

 

 

Estrategias

 

Por Jesús Castillo García

“Esta madrugada, el rancho La Palma ubicado en la carretera Mazatepec – Puente de Ixtla, municipio de Puente de Ixtla, fue cateado por elementos de la Policía de Investigación Criminal (PIC) de la zona Sur Poniente en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, la CES y con apoyo de binomios caninos; toda vez que se conoció que, presuntamente, era utilizado por la delincuencia organizada para el acopio de drogas y armas; durante la diligencia se incautó vegetal verde seco característico a la marihuana”.

 

 

 

 

El párrafo anterior fue toda la información oficial que dio la Fiscalía General del Estado a través de un correo electrónico dirigido a todos los medios de comunicación. El párrafo viene directo en el correo electrónico, es decir, no es un comunicado en hoja membretada, y eso pareciera que fue intencional.

 

Desde ahí comienzan las dudas sobre el operativo de marras. ¿Qué juez dictó la orden de cateo?, ¿”se conoció que era utilizado para el acopio de armas”?, ¿ahora ya se hacen cateos porque “se conoció”?,  ¿en qué lugar exacto del establecimiento y qué cantidad de marihuana se incautó?, ¿y las armas?

 

Un párrafo vertido en un correo electrónico no puede considerarse información fidedigna de una institución respetable como lo es la Fiscalía General del Estado a cargo del también respetable fiscal Uriel Carmona Gándara, apellidos de alcurnia.

 

Llama la atención que se mencione que el cateo fue realizado “por elementos de la Policía de Investigación Criminal de la Zona Sur Poniente”, como si le quisieran aventar toda la responsabilidad a aquella región y no a la institución como tal. ¿Acaso no le consultaron al fiscal general? ¿Qué participación tuvo en este operativo el nuevo director general de la PIC que es un miembro de la Marina (es decir, gente del vicealmirante Guarneros)?

 

Ahora el otro lado de la moneda:

“Con el argumento de una supuesta denuncia anónima irrumpieron en el rancho de mi familia, rompiendo puertas y agrediendo a turistas niños y mujeres que se hospedaron este fin de semana largo en el inmueble, al concluir sus excesos se retiraron con el clásico “Disculpe usted” el lugar está limpio y nos retiramos”.

 

Lo anterior es la versión de uno de los propietarios del lugar. Pero resulta que el dueño no es cualquier persona, sino Oswaldo Castañeda, uno de los más beneficiados por la “ola azul” que llevó al panismo morelense a la cúspide durante dos sexenios.

 

Oswaldo Castañeda fue delegado de la SEDESOL y ostentó diversos cargos públicos (el último de ellos, asesor de la presidencia municipal de Yecapixtla, único reducto territorial que conserva el PAN).

 

Esto le da un ingrediente político al cateo cuya paternidad pareciera que nadie quiere aceptar. Y si decimos que nadie quiere aceptar, es porque el gobierno del estado no lo boletinó como suyo, y la Fiscalía tampoco le quiso poner su logotipo.

 

Quiérase o no, Oswaldo Castañeda es panista, y seguramente tendrá quienes lo respalden políticamente.

 

De hecho, si el PAN así lo quiere, puede ser el pretexto perfecto para exigir la salida del fiscal Uriel Carmona, siempre y cuando éste no logre acreditar que la idea no fue de él, sino del nuevo director de la PIC que le impusieron.

 

La imagen de Oswaldo no está del todo bien. Hubo excesos, comportamientos que entran en el terreno de lo personal, que no lo dejan bien parado ante la opinión pública, (incluso el hecho de que pretenda hacer una conferencia de prensa este martes en la ofrenda a las víctimas, como si no tuviera con qué pagar un restaurante) pero de eso a que sea un narcotraficante o lavador de dinero, hay mucha diferencia.

 

Esto se va a poner bueno, sobre todo porque no hay que olvidar que al interior del PAN lo que menos prevalece es la unidad, y que en la última votación por la dirigencia estatal, hubo gente que quedó inconforme y aprovechará la oportunidad de vengarse.

 

 

Sobre Jesús Castillo 150 artículos
Periodista con 25 años de trayectoria; Premio Estatal de periodismo 2010 y 2012. Premio Nacional de Periodismo 2013.

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