Calles Sin Acoso y Vivas Nos Queremos

 

 

 

 

Rosario Vilchis

 

Este 8 de marzo Día internacional de la Mujer,  colectivos feministas convocaron a la marcha feminista. 

 

 

 

 

 

Llegamos al lugar acordado altas, bajitas, lesbianas, hetero, bisexuales; gorditas, flaquitas; con pañuelos verdes y morados; jóvenes, viejas, adolescentes, niñas; doctoras, escritoras, estudiantes, artistas, amas de casa, brujas, abogadas, psicólogas, y de todas las profesiones; casadas, viudas, divorciadas, solteras; de minifalda, pantalón, short, vestido, pants: de cabello largo, corto, rojo, negro, rubio, de colores, todas con un mismo propósito: que las autoridades atiendan la exigencia y la necesidad urgente de proteger a las mujeres del feminicidio  y que los hombres entiendan que estamos hartas del acoso y la violencia.

 

En esta marcha, lo que se intenta lograr es que las autoridades volteen a ver a las mujeres que tenemos miedo ante tantas desapariciones, muertes, acoso, violencia y de que estamos cansadas de tanta indiferencia.

 

 

 

Nunca supe cuántas mujeres asistimos a marchar, pero éramos muchas, mucha energía femenina concentrada en ese río de mujeres enérgicas que gritaban consignas como “Señor, señora no sea indiferente, se matan a  mujeres en la cara de la gente”, “con falda o pantalón, respétame cabrón”, “no somos una, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien”, “no es un piropo, es un acoso”.

 

Había un pequeño grupo de encapuchadas que hicieron pintas exigiendo el aborto legal, y letreros como: vivas nos queremos, macho violador, libre y sin miedo, fuera de eso la macha transcurrió en paz y con la alegoría de los tambores, silbatos y panderos y el grito apache de “somos tribu” y ululando (como una especie de aullido, colocando la palma de la mano enfrente de la boca y golpeándola de manera intermitente y muy rápida).

 

 

Por momentos paradas con el puño cerrado y el brazo levantado en posición de victoria y en silencio y por momentos gritos y cantos hacían que nuestro recorrido fuera divertido. Madres, abuelas, hermanas, hijas, todas juntas, todas luchando por la libertad y el respeto con mantas y pancartas y gritos y carcajadas.

 

 

En las aceras algunos hombres expectantes, no sé si entiendan el mensaje de lucha, NO NOS GUSTA que nos acosen, que nos violen, que nos maten. No nos gusta.

 

¡Ni una menos!

 

 

 

 

Sobre Rosario Vilchis 24 artículos
Escritora. Psicóloga. Ganadora del premio de cuento 2012 por el instituto de cultura de Morelos.

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