Los predicamentos de la crítica

Perspectiva

 

Los predicamentos de la crítica

 

 

Por: Rodolfo Becerril Straffon

De pronto aparece el Secretario General del Gobierno dando el banderazo para la sempiterna remodelación del Centro Histórico que aun, por cierto, no tiene declaratoria de que lo sea. De pronto aparece reunido con los ayudantes municipales o inaugurando una escuela. La percepción de otros actores políticos y de la misma ciudadanía es que está en precampaña, como se dice, para la alcaldía de Cuernavaca. Pero es sólo percepción, diría el  propio funcionario. Lo que hago, declaró en algún momento, “es lo que los demás no hacen”. No sé cuál fue la reacción de los otros miembros del gabinete, pero se antoja que no les gustó el dicho. El síndico de Cuernavaca apuntó que el Secretario de Gobierno andaba en  campaña adelantada y, posteriormente, el presidente municipal sustituto de la capital, Rafael Cepeda, publicó un escrito cuestionando el activismo del funcionario de marras.

Estos hechos se dan en medio de una paradoja. Decía Carlos Hank González, el afamado entonces regente de la ciudad de México: no importa que hablen mal de uno, lo que importa es que hablen. De ese modo se está  presente en la opinión pública, el nombre suena y adquiere importancia. Puede ser. Suponiendo que, en efecto, las actividades del Secretario General de Gobierno sean parte de una estrategia de avanzada política (avanzada sólo en términos de tiempo, por supuesto), hacerlo ver le ayuda toda vez que no es fácil denunciarlo y menos probarlo. No hacerlo, también le ayuda, en tanto camina en plena impunidad. Difícil predicamento

Véase mejor otro ángulo del problema. Otro clásico de los tiempos idos, Don Jesús Reyes Heroles, decía que las tareas del Secretario de Gobernación deben sentirse, no verse. Es decir, debe haber efectividad y en el caso morelense, ni se ven, ni se sienten, y lo que se ve nada tiene que ver con las funciones que la Ley Orgánica de la Administración Estatal  mandata al cargo, que por cierto son más de 30 funciones. No me imagino al Secretario de Gobernación del Gobierno federal, Osorio Chong inaugurando la fórmula uno o un concierto en Bellas Artes. Se vería raro. Los secretarios de despacho en teoría acompañan al titular del ejecutivo a actos relacionados con su ramo tanto en  lo federal como en  lo local. Pero aquí se ha roto esa regla.  Uno y otro van juntos a un sinnúmero de eventos y como es obvio se descuidan las funciones básicas. Si bien la impunidad es una de las características de nuestro sistema, la crítica popular igual florece aunque no haya sanción para el objeto o sujeto criticado. Y eso es lo que está ocurriendo: los cuestionamientos corren a tremenda velocidad aunque, salvo garbanzo de a libra, no se consignen en los medios. Pero quedan los testimonios en las redes sociales, en las sobremesas de café, en las pláticas callejeras. El dicho “golpe que no mata fortalece” sin embargo es el que predomina. Las críticas van y vienen y, se dice, no pasa nada. Ya veremos si en efecto el Secretario de Gobierno es el candidato o todo ha sido una finta, lo cual no elimina los desaguisados.  Ya se verá en el 2015 si triunfa el sentir popular o gana el aparato de gobierno y sus recursos materiales y mediáticos. Otros factores entrarán en juego en el resultado de las elecciones del año próximo pero en algo influirán  las marchas,  las críticas con sus predicamentos, los enojos y agravios sufridos,  la inseguridad,  la velada crisis económica, y la deshonestidad.

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