Ninguna autoridad con calidad moral

YO ACUSO

Por: Armando Vargas Mora

No cabe duda que el presidente Enrique Peña Nieto, principalmente en los últimos cinco meses, viene escribiendo con el dedo, sobre renglones torcidos y cuya lectura se ha traducido en estruendosos tropiezos políticos.

 

Lo más grave es que, en la mente de la mayoría de los mexicanos, existe la convicción de que no hay ninguna autoridad con calidad moral que levante la mano, para que aunque fuese de manera mediática intentara un paliativo.

 

El otrora prestigioso supremo tribunal de justicia de la nación, a estas alturas del partido se encuentra sumamente devaluado, merced al fallo sobre diversas y controversiales resoluciones, un traje a la medida que le ha puesto en toda la madre a la división de poderes y por ende, al espíritu republicano que presumiblemente debería caracterizarnos. Con sueldos más del doble que el propio presidente, se entiende porqué hemos escuchado que están maiceados, ¿Qué observación podrían hacerle al amo?

 

 

La procuraduría general de la república y su titular José Murillo Káram, desde el momento mismo del asunto de la secuestradora Florence Cassez y su puesta en libertad (en contubernio con los flamantes magistrados), con boleto pagado por el gobierno mexicano en vuelo de primera clase además, perdió cualquier sentido de credibilidad; lo ocurrido en los dos años subsiguientes han sido un verdadero rosario de fracasos de la dependencia. ¿Se atrevería su titular a fincar algún tipo de responsabilidad?

 

El congreso de la unión representado por las cámaras de senadores y diputados que se  muestran con una docilidad impresionante, haciendo un mutis nada más entendible por los cañonazos que, dicen algunos columnistas son difícil de aguantar, sobre todo durante todo el período de aprobación de las llamadas reformas estructurales. Famosos además por los nutritivos “moches”, incluidos los mochos desde luego.

 

Por lo anterior, al no existir ninguna autoridad con calidad moral para deslindarse de lo que se ha dado en llamar CONFLICTOS DE INTERÉS, el presidente decidió reactivar la secretaría de la función pública, acéfala desde 2012, poniendo como titular a Virgilio Andrade Martínez de quién la prensa nacional e internacional han hecho trizas.

 

ENTRE MÁS CONOZCO A LOS POLÍTICOS MÁS QUIERO A MI PERRO.
ENTRE MÁS CONOZCO A LOS POLÍTICOS MÁS QUIERO A MI PERRO.

Del flamante nuevo secretario de la función pública desde hace diez días, acotado en sus funciones, se han escrito ríos de tinta como apuntamos, por eso únicamente señalaremos que en un momento dado fue gente de la maestra Elba Esther Gordillo, por obra y gracia de ella fue consejero electoral del instituto federal electoral hace 13 años, viejo conocido de Carlos Salinas de Gortari, de Roberto Madrazo y Carlos Romero Deschamps entre otros. Cuando el presidente anunció su nuevo nombramiento, la condescendencia fue más que evidente entre el hombre del copete y el de los bucles que, de inmediato fue instruido de la falsedad sobre los conflictos de interés. El público televidente no creía lo que estaba presenciando, otro traspiés presidencial, un balazo en el pie. En broma no faltó quien dijera que a la parafernalia únicamente faltó el comediante MEMO RÍOS Y SU FRASE DE BATALLA: APLAUSOS, APLAUSOS.

 

Una cosa es innegable, solo los ignorantes, los imbéciles, los idiotas, los serviles, los profesionales de la simulación y las complicidades del andamiaje de corrupción e impunidad, pueden decir que el “supremo” tribunal de justicia de la nación, la procuraduría general de la república, las cámaras de diputados, senadores y la resucitada secretaría de la función pública, pueden hacerle algún tipo de señalamiento al presidente Peña Nieto.

 

Por último quiero apuntar que, hace unos meses, Aída María Olguín Baeza escribió que la administración de la justicia es el proceso mediante el cual las instituciones establecidas para ello deben planear, organizar, dirigir y controlar la aplicación de las normas que regulan de manera ética, equitativa y honrada las conductas de los individuos de una sociedad. Eso es precisamente lo que en complicidad, los políticos es lo que menos quieren en éste país de la simulación.

 

 

Sobre Armando Vargas Mora 223 artículos
Contador y analista político

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